[Bajar para español]

This article has clickable sound files.

Historically, Spanish distinguished between «y» and «ll». This contrast survives in some highland Andean areas (all of Bolivia, parts of Peru, Ecuador, Colombia, Chile, Argentina), in Guaraní-influenced areas like Paraguay, in some rural central/northern parts of Spain, and in the Philippines with older Spanish speakers. In these remaining conservative areas, «ll» is still pronounced as /ʎ/ (calle, llamarse, valle). This phenomenon is known as lleísmo and was once the norm across Spanish. The same /ʎ/ sound remains standard in Catalan (filla), Portuguese (filha), and Italian (figlia).

By contrast, «y» has a range of realizations. The most widespread is the approximant [ʝ̞], made with the tongue raised toward the hard palate and slightly tense, unlike the more open and relaxed English [j] (y). Because of this tension, Spanish [ʝ̞] often shifts regionally through palatalization, where sounds change according to the proximity of the tongue to the palate.

  • Mexico: [ʝ̞] alternates with [d͡ʒ] (as in John). Along the U.S. border, influence from English favors a clearer [j] sound, which is also frequent in indigenous-influenced varieties.
  • Spain: [ʝ̞] predominates, but [d͡ʒ] surfaces in some dialects.
  • Colombia: [d͡ʒ] is especially widespread.
  • Other Latin America: [ʝ̞] and [d͡ʒ] appear in many areas, though distribution is uneven.
  • Río de la Plata (Argentina, Uruguay): [ʒ]1 as in measure or [ʃ]2 as in show. The [ʃ] variant has been described as more frequent among women in some studies.

Contrary to popular belief, not all of Argentina and Uruguay follow this pattern. In northern and northwestern Argentina, as well as in some interior regions of Uruguay, pronunciations closer to [ʝ̞] or even the traditional [ʎ] may survive, resembling Andean or rural Spanish varieties. These contrasts highlight the country’s internal diversity, where Río de la Plata speech is dominant but definitely not exclusive.

Nowadays, the vast majority of Spanish speakers in both Spain and Latin America no longer distinguish between «ll» and «y». This merger is called yeísmo, where both letters are pronounced the same, though how varies regionally. In the Río de la Plata Region, the local realizations are more specifically known as zheísmo ([ʒ]) and sheísmo ([ʃ]). The key point is that these are allophones — different realizations of one underlying sound — and once listeners recognize your pattern, communication is bound to flow naturally.

Putting It All Together

Here is the same sentence — “Yo me llamo Johnny” — said differently depending on the region, so you can hear it in context.

Disclaimer: My accent is Mexican; I’m only illustrating pronunciation, not overall accent.

Palatalization in English

If you think these changes in Spanish are «weird», you might want to think twice. English has many examples in everyday speech:

In Spanish, [j] and [d͡ʒ] are usually just variants of the same sound, so speakers don’t treat them as different. In English, though, they are distinct phonemes, which is why Spanish speakers may confuse Yale /jeɪl/ with jail /d͡ʒeɪl/. What sounds like two versions of one sound in Spanish marks two completely different words in English.

Works Cited


Los sonidos de «Y» y «LL» explicados

Históricamente, el español distinguía entre «y» y «ll». Este contraste sobrevive en algunas zonas altoandinas (todo Bolivia, partes de Perú, Ecuador, Colombia, Chile y Argentina), en áreas influenciadas por el guaraní como Paraguay, en algunas regiones rurales del centro y norte de España, y en Filipinas entre hablantes mayores. En estas áreas conservadoras, «ll» todavía se pronuncia como /ʎ/ (calle, llamarse, valle). Este fenómeno se conoce como lleísmo y fue en su momento la norma en todo el español. El mismo sonido /ʎ/ sigue siendo estándar en catalán (filla), portugués (filha) e italiano (figlia).

En cambio, «y» tiene una gama de realizaciones. La más extendida es la aproximante [ʝ̞], producida con el dorso de la lengua elevado hacia el paladar duro y con cierta tensión, a diferencia de la [j] inglesa (y), que es más abierta y relajada. Debido a esta tensión, el español [ʝ̞] suele desplazarse regionalmente mediante palatalización, un proceso en el que los sonidos cambian según la cercanía de la lengua al paladar.

  • México: [ʝ̞] alterna con [d͡ʒ] (como en John). En la frontera con EE. UU., la influencia del inglés favorece una [j] más clara, que también es frecuente en variedades con influencia indígena.
  • España: predomina [ʝ̞], aunque [d͡ʒ] aparece en algunos dialectos.
  • Colombia: [d͡ʒ] es especialmente común.
  • Otros países de América Latina: se encuentran tanto [ʝ̞] como [d͡ʒ], aunque de forma desigual.
  • Río de la Plata (Argentina, Uruguay): [ʒ]¹ (como en measure) o [ʃ]² (como en show). Se ha descrito que la variante [ʃ] es más frecuente entre mujeres en algunos estudios.

Contrario a lo que muchos creen, no toda Argentina ni todo Uruguay siguen este patrón. En el norte y noroeste de Argentina, así como en algunas regiones interiores de Uruguay, sobreviven pronunciaciones más cercanas a [ʝ̞] o incluso al tradicional [ʎ], similares a variedades andinas o rurales. Estos contrastes muestran la diversidad interna de estos países, donde el habla rioplatense es dominante pero no exclusiva.

Hoy en día, la gran mayoría de los hablantes de español, tanto en España como en América Latina, ya no distinguen entre «ll» y «y». Esta fusión se llama yeísmo, cuando ambas letras se pronuncian igual, aunque la realización concreta varíe según la región. En el área del Río de la Plata, estas realizaciones locales se conocen más específicamente como zheísmo ([ʒ]) y sheísmo ([ʃ]). Por contraste, lleísmo designa el mantenimiento de la distinción entre «ll» /ʎ/ y «y» [ʝ̞]. Lo importante es que todas son alófonos —diferentes realizaciones de un mismo sonido subyacente— y, una vez que el oyente reconoce tu patrón, la comunicación fluye sin problemas.

Resumiendo

Aquí tienes la misma frase — “Yo me llamo Johnny” — dicha de forma distinta según la región, para que escuches el contraste en contexto:

Nota: Mi acento es mexicano; solo ilustro la pronunciación, no el acento general.

Palatalización en inglés

Si piensas que estos cambios en español son “raros”, conviene pensarlo dos veces. El inglés tiene muchos ejemplos cotidianos:

En español, [j] y [d͡ʒ] suelen percibirse como variantes de un mismo sonido, por lo que los hablantes no los tratan como diferentes. En inglés, en cambio, son fonemas distintos, y por eso muchos hispanohablantes confunden Yale /jeɪl/ con jail /d͡ʒeɪl/. Lo que en español suena como dos versiones de un mismo sonido, en inglés distingue palabras completamente diferentes.

Obras citadas

Deja un comentario

Descubre más desde El choro lingüístico 💬 César Maldonado

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo